ciencia , naturaleza , noticias , sociedad Jueves, 17 diciembre 2015

Si te gustan las ensaladitas y la dieta saludable, este post (no) es para ti

vegetariano

Lo que es saludable para nosotros no siempre lo es para el ambiente. Foto: www.bajadepeso.es

Sin la intención de contradecir las costumbres por las que una persona elige una dieta (entiéndase dieta por el conjunto de alimentos de cualquier índole), un nuevo estudio demuestra qué podría pasar si toda la población (en este caso la de Estados Unidos) sigue el régimen alimenticio del Departamento de Agricultura (USDA en inglés).

Así, la investigación, publicada en Environment Systems and Decisions apunta a demostrar lo complicado que es balancear problemas ambientales con necesidades humanas.

1. ¿Cómo se llevó a cabo el estudio?

Los investigadores plantearon tres diferentes escenarios hipotéticos:

1. Una reducción de las calorías consumidas.

2. Un cambio a una intensa dieta de vegetales pero sin reducción calórica.

3. Y, finalmente, una mezcla de las dos primeras, que es recomendada por el Departamento de Agricultura de USA.

2. Y tres parámetros para investigar cada escenario

1. Energía usada para producción de comida.

2. Huella hídrica (la cantidad necesaria de agua fresca necesaria para producir el producto).

3. Y emisiones de gases de efecto invernadero.

3. Los resultados del estudio

En el primer escenario, las cantidades de estas variables fueron reducidas al 9%, lo que no es sorprendente desde que el único cambio fue el consumo de menos calorías.

En cambio, las dietas en la segunda y tercera hipótesis, contienen más pescado, vegetales y frutas comparadas con la alimentación promedio en EE.UU. El alto consumo de productos saludables es balanceado por la reducción de carne, grasas sólidas, y azúcares agregados. Mientras esta dieta significa buenas noticias para nuestros cuerpos, el estudio recomienda que esto podría resultar negativo para el ambiente.

Estos tres parámetros actualmente se han incrementado en el segundo y tercer escenario. Para la tercera hipótesis, la energía subió 38%, el uso del agua estuvo en 10%, y las emisiones de gases de efecto invernadero en 6%. En la segunda suposición, la cosa empeoró: por caloría, la producción de vegetales requiere más energía y agua que carne, pero esto genera 1/4 de emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con la carne se genera al consumir carne.

pescado

Podemos disfrutar un rico plato de pescado sin saber que incluso la pesca genera daño al ambiente. Foto: www.estaticos.muyinteresante.es

Otro grupo alimenticio recomendado por el Departamento de Agricultura estadounidense es el que está referido a los productos provenientes del mar. El pescado tiene una pequeña huella hídrica. Pero esta ventaja es opacada por las altas demandas de energía. La pesca necesita mucha movilización: requiere significativas cantidades de combustible para el transporte, lo que también crea emisiones de gas invernadero.

Los investigadores también observaron cómo los parámetros cambian en los tres escenarios por los restos de comida. Entre 34 y 42% de la comida producida se convierte en residuos de comida todos los años. Además, el estudio muestra que si reducimos la cantidad de estos remanentes alimenticios, nuestro impacto en el ambiente se vería drásticamente reducido sin importar nuestra dieta.

En conclusión, mientras más sano sea tu alimento, más demanda de agua y energía se necesitó para producirlo. Lo que es bueno para ti, no siempre es bueno para este mundo cruel.

Como siempre, en la sección de Ciencia de este Útero te dejamos el enlace al estudio completo para que lo puedas revisar.